Mafalda, el campero de Málaga

Hablar de Mafalda, es hablar de la historia de Málaga, de un negocio innovador, familiar y de calidad, pero sobretodo Mafalda es la historia de una mujer valiente, emprendedora, que por circunstancias de la vida, hace casi 30 años, tuvo que hacerse empresaria y montar un negocio para sacar a su familia adelante. Hablamos de Herminia Santana, madre de 4 hijas a las que transmitió el amor por el trabajo bien hecho y sobre todo, a cuidar de su preciada campería, transmitiendo su filosofía:

“EL TRABAJO BIEN HECHO DIA A DIA LLEVA AL ÉXITO”

Mafalda abrió sus puertas en el paseo marítimo de Pedregalejo en el año 1985, inicialmente regentado en exclusiva por Herminia y sus 4 hijas, en la actualidad Andrés es la cabeza visible del negocio. 

Desde el principio, Mafalda se especializó en hamburguesas y camperos, consiguiendo ser el referente en lo que a este delicioso manjar malagueño se refiere.  Las claves del éxito han sido el trato al cliente y la innovación constante, elaborando los camperos más conocidos e imitados de Málaga, como el campero pepito, el campero 3 quesos, el campero especial, el super o el famoso campero Mafaldón. (Véase también Articulo sobre camperos-Malaga Hoy)

Mafalda es uno de los establecimientos mas reformados tanto en la carta como el propio local, siempre ajustándose a las necesidades de su fiel clientela, por eso no es de extrañar que la afición por sus camperos sea transmitida de generación en generación, llegando a tener clientes fijos que aun viviendo en Marbella siempre buscan un hueco para ir a comer a su campería preferida.

Junto a los clásicos camperos, hamburguesas y patatas con alioli entre otros, hay nuevas incorporaciones a la carta que están causando furor, como las ensaladas, los platos combinados o el fantástico gazpacho “de Andrés”.

En Mafalda, tan solo con el olor y la presencia son capaces de reconocer un buen campero. Un campero malagueño debe ser asequible para cualquier bolsillo y debe tener una materia prima de 1ª calidad, mucho cariño a la hora de hacerlo siguiendo siempre la misma rutina y pautas en su elaboración.

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Namaste, comida y kitesurf

Namaste, la historia de un viaje a través del mundo y sus distintas culturas desde el punto de vista del Kitesurf, plasmado en la cocina.

Para entender la filosofía de Namaste, es necesario conocer la trayectoria de sus propietarios. Expertos Kitesurferos de origen malagueño pero residentes en Tarifa durante 6 años, montaron su propia escuela de kite y viajaron por todo el mundo en busca de los mejores vientos, gracias a estas experiencias a lo largo del globo, se enriquecieron cultural y mentalmente, mientras degustaban las comidas más típicas de cada lugar. Enamorados del kite y de la comida, decidieron montar en su Málaga natal, un centro de operaciones donde fusionar la escuela y tienda de kite con un restaurante cosmopolita de ambiente y estilo tarifeño, así nació Namaste.

El nombre “Namaste” es la palabra que se usa en el idioma indi para decir tanto hola como adiós, acompañado de una reverencia inclinando la cabeza y juntando las palmas de las manos. 

El restaurante abrió sus puertas en Julio de 2007, el creador de la carta fue Carlos Caballero (Propietario del restaurante La Rebaná) el cual elaboró un menú extenso con comidas típicas de todas las regiones del Mundo. Poco a poco la carta se fue especializando en los platos más representativos, hasta llegar a la actual, donde podemos encontrar comida asiática (woks, mini rollitos), griega (musaka), mediterránea (ensaladas), americana (Hamburguesas) y un largo etcétera de platos para todos los gustos junto a una extensa carta de cervezas y cócteles.

 Los platos estrella del restaurante son los woks y las hamburguesas, destacando especialmente la hamburguesa de cordero, con pan de focaccia, orégano y la carne de cordero, en honor a Marruecos.

Recomendación para 2 personas: ensalada marroquí, hamburguesa de cordero, raviolis gigantes y de postre, tiramisú.

Namaste no es un restaurante como cualquier otro, la profesionalidad en el servicio, la calidad de sus productos, el buen rollo transmitido por todos sus trabajadores, la gran variedad de estilos de sus clientes y un enclave excepcional, hacen de Namaste un lugar único.

En el restaurante se pueden organizar eventos como comuniones, barbacoas en su azotea y hasta fiestas de fin de año.

Por si fuera poco, dentro del restaurante podemos encontrar una tienda de kite, con bañadores, camisetas y el mejor material duro para la práctica de este afamado deporte.

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